Entendiendo como es el juego, nos puede ir bien.
La experiencia se construye entre “ganar o aprender”, comprendiendo que el proceso es la vida y el proyecto es: estrategia a mediano y largo plazo, y planes con control de lo que vamos realizando, a corto plazo.
¿El objetivo?
Ser felices.
Profesionales de la vida que determinan y definen lo que queremos ser cuando seamos grandes.
Una alternativa errónea es creer que ya llegamos. Partir que “la tenemos clara” y asumir que ya “conocemos todo”.
Estamos siempre un paso adelantado.
Parecemos inteligentes. Aparentamos ser felices. Le demostramos al mundo nuestra soberbia. ¿Para qué? No priorizamos lo que nos pasa…
El primer desafío, siempre, es con nosotros mismos.
Tenemos que despertarnos antes.
Si no nos preparamos para lo que viene y asumimos “profesionalmente” lo que queremos lograr, de cierta forma, nos estaríamos faltando el respeto a nosotros y a los que verdaderamente nos quieren.
Creer que somos lo que no somos, nos puede plantear un agujero negro; y en estos casos estar “siempre un paso adelantado”, es offside. Sin dudas: "quedaremos fuera del juego".
