![](https://static.wixstatic.com/media/12b97c_85525822a61342e1967e7b626fa10576~mv2.png/v1/fill/w_49,h_32,al_c,q_85,usm_0.66_1.00_0.01,blur_2,enc_auto/12b97c_85525822a61342e1967e7b626fa10576~mv2.png)
La competencia está.
Llegamos a un escenario nuevo y se presenta una realidad a la que nosotros vamos a tener que adaptarnos.
Con una postura de aprender para ganar nos puede ir bien. Entendiendo que, en ciertas circunstancias, “aprender duele”. Estábamos acostumbrados a otra vida. Estábamos cómodos, disfrutábamos cierta rutina, facilidad, estado de confort y todo se modificó.
¿Sabíamos que esto iba a ocurrir?
Claro que sí.
¿Depende de nosotros?
En todo lo controlable, claro que sí.
¿Cómo hacemos?
Nos ocupamos. Nos hacemos cargo. Pensamos “hacia dónde queremos ir” y “qué es lo que queremos conseguir” y tomamos esas preguntas para empezar a imaginar el camino.
Planificamos. Dirigimos lo que vamos a realizar y controlamos si estamos enfocados en forma correcta.
Una realidad es introducirse en un mundo nuevo y otro escenario es meterse en un mundo viejo pero mirándolo desde un lugar nuevo. Eso puede estar lleno de trampas y de confusiones.
Ser competentes para lidiar con la vida que elegimos o que nos tocó, no podemos vivir del recuerdo; el proyecto es la reconversión, es formarnos para el Segundo Tiempo.
El video de la nota en youtube en https://youtu.be/yMTnujqtN_A
![](https://static.wixstatic.com/media/12b97c_52644430fe0248998918ec339552c213~mv2.jpg/v1/fill/w_147,h_110,al_c,q_80,usm_0.66_1.00_0.01,blur_2,enc_auto/12b97c_52644430fe0248998918ec339552c213~mv2.jpg)