Frotamos la lĂĄmpara y sale el genio.
ÂĄMe cumple los deseos y ya estĂĄ!
Y asĂ es el comienzo del cuento.
DespuĂ©s la lĂĄmpara cae en poder del malo de la pelĂcula y empieza el sufrimientoâŠ, y ahora a recuperar la lĂĄmpara.
Un dato de color: âlos deseos son solamente tresâ. Ni uno mĂĄs.
La casualidad de encontrar la lĂĄmpara y tener âla suerteâ para que el genio âsea buenoâ y nos ayude a volver a ser los dueños de la pĂldora del Ă©xito, que sĂłlo dura âtres deseosâ.
No me capacito, aunque tengo claro que, algĂșn dĂa, esta etapa se termina.
Me pone contento haber tomado la decisiĂłn y que no la tomen otros por mĂ, lo analizo un tiempo y avanzo.
El momento llega, no es necesario situaciones puntuales, ni dolores, ni accidentes. Llega el momento que uno dice âse terminĂłâ, incluye la sensaciĂłn que tendremos libertad y mucho tiempo disponible.
Creyendo que tengo claro el panorama.
La experiencia adquirida en lo realizado, potenciada para lo que surja encarar.
Acompañando con la experiencia, esperando frotar la lĂĄmpara y que surja âel genioâ.
Es una forma. Es diferente a lo que nosotros creemos que debe llevarse adelante. No creemos en esta clase de genios.
Trabajamos en la causalidad y sĂ aparecen âlos milagrosâ no respaldamos que, con âtres deseosâ, vamos a poder sostener muchos años la nueva etapa de vida.
Tomar decisiones disfrutando de la implementaciĂłn y de lo que eso implica es nuestro mensaje.
El desafĂo es poder hacerlo bien.
DefiniciĂłn racional, direcciĂłn de lo que resolvimos y control durante el camino, para saber que lo que estoy transitando me conduce a superar los "tres deseos" y me permite seguir siendo âTitular del Segundo Tiempoâ que queremos vivir.
